Ensoñación
Y colándote
en mis sueños,
me revelas
mis latidos,
poniendo del
revés los cuerpos,
yo abandono mi
nido.
Lo lógico ya
no es lógico,
creas otro
regalo,
un sueño en
el que estoy,
temblando
bajo tu mano.
Lo invades,
lo transformas,
lo vuelves tú
para estar conmigo...
Sólo a tu
manera,
le das absurdo sentido.
¿Y yo?
¿Qué
hago yo?
Te observo,
disfruto...
Quedándome
en calma,
no renuncio
ni un minuto.
Yo, te dejo que me invadas,
para que sea
absoluto,
para que
acaricies mi alma
al respirar
ese mundo.
Pues no es
invasión alguna,
si las ganas
nos aprietan,
cuando el
cuerpo pide cuerpo,
cuando el
alma no es ajena.
La vida que quiere vida,
sin
ser vida me emociona
mostrándome una partida
en la que la
reina llora.
Sé que no
es cierta,
ya sé que no
es vida,
que al
abrir los ojos,
volverá la
sensación sentida.
“No he sabido
contenerla”.
Vuelvo a
sentirme perdida,
el añoro y la
esperanza
me hacen
quedarme dormida.
Es que hay veces que en la cama,
se viven
mejor los días,
y se acortan
las distancias,
y hablamos de
filosofía.
Al comprender que son sueños,
acercamos las
razones,
y los besos
no se escapan
y las
lágrimas se esconden.
Cierro más
fuerte los ojos,
mientras miro
en mis adentros,
para que no te vayas,
para
atraparte muy lento.
Y dejar ese
te quiero
que cuelga, para
otro día.
Y esa lucha encarnizada,
esa oscura
melodía...
Borrarla entre tus suspiros,
cuando el sueño se haya ido.
Ya sin juicios desde el odio,
sin las
sonrisas giradas,
con mi memoria de nuevo
y las manos
separadas,
siguen las heridas
abiertas,
y les echo sal a
mansalva.
Reconozco mis
temores
a despertar
sino hay nada,
abro los
ojos despacio
con angustia,
sin paradas,
levanto mi
cabeza,
suspiro muy
profundo,
y resuelvo
con certeza,
que ya he
vuelto a ese otro mundo.
Perdidos están los sueños,
los amores,
las tristezas,
la
oscuridad de mi cuarto,
no me deja ver las estrellas.
No se
esconden los huraños,
No se elevan
las certezas,
ya no hay
daños,
ni hay
amores,
que dormida
me despiertan.
(19-12-2018 Versión 2.0) Erica