¿Cómo la Luna?

 
        Me siento como la luna satélite de mi propia vida, la influyo, la veo, la vivo de lejos, me acerco la miro, influyo un poco más, pero nunca la toco. Nunca soy yo, ni me fundo con ella, nunca me inunda y ni me deja sin aliento, como antes.

 

        Siempre soy el reflejo en sus aguas, el espejo en el que se miran las cosas que me pasan. Soy redonda y me acerco a lo que los demás llaman lleno, obsesionada en parecer hermosa en cualquiera de mis formas, más preocupada por quienes me ven desde mi vida que por veme yo, sin brazos, sin piernas, sin ojos reflexivos, sin esas extremidades que me permitan tocarme.

 

        Y es que mi miedo a colisionar con mi parte viva, es lo que me mantiene a salvo, lo que me hace hermosa y fría a ojos de los demás, mis ganas de chocar con ella, me resultan tan destructivas, caóticas, llenas de esa belleza inusitada que da el golpe encarnizado al abrirse en canal…

(Perdida entre 2016 y 2018, sin filtros)Erica

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